¿Tienes el síndrome de la Impostora​?

El primer día de clase del Programa Promociona, nuestra fantástica Directora académica, Patricia Cauqui, nos preguntó cuales eran nuestros mayores temores en nuestra carrera profesional. Rápidamente hicimos cada una nuestra lista, al ponerla en común nos dimos cuenta que la mayoría de ellos se repetían; no llegar a todo, no hacer las cosas bien, temor a ser juzgadas… pero hubo uno más común que el resto: “¡un día alguien descubrirá que no soy tan buena!”.

¡GUAU! que revelador e impactante teniendo en cuenta que todas las que estábamos allí contamos actualmente más de 15 años de experiencia y al menos 7 en puestos directivos, con lo cual llevamos lo que podríamos objetivamente determinar como una carrera profesional de éxito….aún así NO NOS LO CREEMOS DEL TODO.

Pues resulta que este “temor” tan común tiene nombre: El síndrome del Impostor, el propio nombre ya es un buen zasca….

¿En qué consiste?

  En 1978 las doctoras en psicología las Dra Pauline Clance y Suzanne Imes, ambas de la Universidad de Georgia publicaron un estudio que definía este síndrome: “el síndrome del impostor es un término que se usa para designar la sensación interna de ser un farsante intelectual”, en su estudio identifican como “mujeres con logros académicos y profesionales impresionantes, piensan que son fruto de la suerte, la casualidad y que en algún momento las van a descubrir, a menos que hagan un esfuerzo titánico”.

En definitiva, es no creerse lo que uno vale, que no merece lo que ha conseguido, es pensar que un día u otro nos van a descubrir…que no somos tan buenos como los demás piensan.

Datos curiosos: Albert Einstein se consideraba a sí mismo como un estafador involuntario, Kate Winslet ha confesado haberse despertado la mañana de algunos rodajes y pensar “no puedo hacerlo soy un fraude…”, la Directora del FMI, Christine Lagarde, contó en una entrevista que preparaba más horas de lo que le correspondería por miedo a fracasar. Increíble pero cierto…

¿Si he nacido mujer tengo más números de creerme una impostora?

Desde el punto de vista genético no está demostrado que sea una cuestión de género, pero la prevalencia es mayor en mujeres que han alcanzado cierto éxito.

Algo tendrá que ver también con que, según un estudio de Liderazgo femenino de PWC:  el 60% de los licenciados sean mujeres y en cambio solamente lleguen a consejeras el 16% y a CEO el 5%. 

Los psicólogos lo relacionan con la autoestima y también con el afán al perfeccionismo, no sé que fue primero si “el huevo o la gallina”, pero desde luego me encuentro muchos casos de amigas, compañeras y clientas (en mi caso son Doctoras) todas ellas brillantes que no se acaban de creer lo buenas que son y el tremendo potencial que tienen.

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¿Qué puedo hacer para cargarme a la impostora que llevo dentro?

Os voy a dar 3 consejos tremendamente personales que a mi me han servido y mucho:

1.- Cree en ti misma.

Para ello debes hacer un ejercicio muy sencillo: ¡pensad en positivo!

Hace muchos años cuando estudiaba el eMBA de ESADE, Andrés Raya profesor de Dirección de personas y liderazgo, al que admiro profundamente, nos dijo una frase en clase que se me quedo grabada para el resto de mis días “motivado se viene de casa” ¡chin pum!. Aunque pueda parecer una frase demoledora, es el mejor consejo que podemos aplicarnos a nosotros mismos, y a nuestros colaboradores. Un colaborador motivado siempre da lo mejor de si mismo. Nuestra principal tarea como gestoras es “no desmotivar” también me lo enseñó mi profesor Andrés Raya.

Motivarse es bien sencillo, simplemente implica centrarse y recordarse a una misma la cantidad de habilidades y situaciones favorables que una tiene para conseguir su objetivo, y sobre todo para disfrutar haciéndolo. La psicología positiva hace tiempo que estudia este fenómeno, hay dos libros que me han ayudado mucho: el primero es ligerito, te lo lees en un viaje de ave y además es divertido: Vivir la vida con sentido de Victor Küppers, y para más avanzados y con un poco más de tiempo Positivity de Barbara Fredrickson.

Mi vídeo favorito, es una niña de 5 años que nos demuestra lo sencillo que puede llegar a ser, “me gusta mi papá, me encanta mi casa, mis tias mi pelo….yo puedo hacer cualqueir cosa, cualquier cosa…” es realmente fantástica, a mis hijos los deja absortos y ¡además quema calorías! :P.

2.- Sé constante

 J.K. Rowling la escritora de Harry Potter, hoy en día está considerada como una de las mujeres más ricas e influyentes del planeta, fue  rechazada en 12 editoriales, y cuando por fin consiguió que le publicaran el primer manuscrito su editor le aconsejó que se buscase una trabajo porqué no le veía demasiado futuro…pero por suerte se equivocó!

Está más que claro que Rowling creía en ella misma, porqué acumular 12 rechazos en diferentes editoriales y continuar insistiendo desde luego es de “chapeau”, además cabe decir que Rowling no solamente no era rica, sino que las pasaba canutas para criar ella sola a su hija en Edimburgo, pues había huído de Portugal donde residía con su marido que por lo visto no era una perita en dulce…

Creéis que Rowling no pensó una y mil veces “no valgo, esto no es lo mío, que estoy haciendo con mis vida, lo dejo” seguro que sí! pero no se dejó vencer, siguió luchando y escribiendo en las cafeterías mientras su hija dormía, dicen las malas lenguas que escribía fuera de casa porqué no tenía calefacción…imaginad el cuadro!

La constancia es clave para conseguir nuestros objetivos, dicen que para ser experto en algo debes dedicarle al menos 10.000 horas al tema, así que en nuestro caso, sigue formándote, no dejes nunca de aprender,  es muy enriquecedor y además te dará ventaja frente a los demás y con ello ganarás seguridad en ti misma, lo cual se traducirá en una mejora de tu seguridad y por tanto el maldito síndrome tenderá a desaparecer.

3.- ¡Comparte!

El síndrome de la impostora no es ninguna enfermedad, simplemente es un sentimiemto más común de lo que pensabas, y desde luego que puede ser mejor que hablarlo con tus amig@s, pedir feed back sincero sobre ti, por ejemplo: ¿que transmites? qué puede ser más interesante que obtener la opinión de las personas que más te conocen, que tienen o han tenido ese sentimiento antes que tú.

El club de las Wonders: es el club de 4 amigas que se conocieron porqué sus hijos mayores iban a la misma clase de guardería, siempre teníamos prisa, los mismos problemas y preocupaciones casi idénticas, y decicimos crear el club, que por cierto ya dura 10 años.  Nos auto apodamos las “wonders” incluso a nosotras mismas nos parece increíble todo lo que hacemos sin morir en el intento… 

Atención: el truco de la Wonder MaryGaby; ella es abogada, tremendamente inteligente pero a la vez introvertida, así que las pasa canutas para sacar todo su carácter y proyectar la voz en la corte, para evitar a tope que el síndrome de la impostora le fastidie el día en un jucio, se ha convencido a sí misma de que al ponerse la toga, a Marygaby le aparecen los poderes especiales, y hacen de MaryGaby a WonderMaryGaby. 

Es evidente que Marygaby le echa muchas horas estudiando los casos, y además por las mañana cuando se monta en el coche se pone las pilas con música a toda castaña, se repite a si misma una y otra vez “yo puedo con todo yo puedo con todo”, como no tengo un vídeo de MaryGaby os tendréis que conformar con el de la simpática niña de 5 años (para mi que es MaryGaby hace 30 años). No es la toga la que le concede poderes mágicos, es su esfuerzo, su constancia y dedicación, pero muchas veces ella piensa: ¿porqué me han dado este caso si me va gigante? es ahí cuando ebemos identificar la sombra del sindrome y activar rápidamente la psicología positiva; “¡Yes, we can!”.

Os dejo una ilustración de las Wonders: MaryGaby es la que lleva la toga y la “G” en su traje, y así fue como todas aprendimos un truco para poder dejar en casa el maldito síndrome de la impostora. 

Todas podemos encontrar nuestra propia estrategia para superar miedos e inseguridades, con psicología positiva, estudiando, preparándote y sobre todo hablando, riéndo y disfrutando de las cosas sencillas como tomar una cerveza y coger cierta distancia sobre tu día a día, elimina tensiones a tope. Ser brillante en todo puede acarrear mucho estrés mental y físico…date el privilegio de equivocarte en algo, eso sí….si eres cirujana cardiáca mejor que no eh :P.

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